María Luisa realiza una visita guiada a la Iglesia de Santa María de Lebeña, Camino Lebaniego, en el pintoresco pueblo de Lebeña. María Luisa es una mujer con amplísimos conocimientos sobre historia y una sonrisa cálida que transforma la experiencia en algo memorable. Ella explica en detalle la rica historia de la iglesia, destacando sus características más notables.
La iglesia, de origen románico, presenta una estructura austera y robusta, típica de las iglesias medievales de la región. La piedra que la conforma, de tonos grises y rojizos, resalta la antigüedad del edificio y subraya su estrecha relación con el entorno montañoso que la rodea.

María Luisa recorre el interior, destacando las columnas y los arcos que sostienen el techo, mostrando la simetría de su diseño y apreciando la belleza en su sencillez.
Ella menciona especialmente el pórtico, cuyas esculturas religiosas han sido cuidadosamente preservadas a lo largo de los siglos, mostrando escenas que narran historias de la tradición cristiana. También subraya la importancia de la madera del techo, que ha resistido el paso del tiempo y conserva las huellas de su construcción medieval.
El guía explica el altar principal, donde se encuentra un retablo de líneas sencillas pero elegantes, que armoniza perfectamente con el ambiente de recogimiento del templo, creando un espacio de paz y contemplación.
María Luisa profundiza en la relación histórica de la iglesia con el Camino Lebaniego, resaltando su importancia como punto de descanso y oración para los peregrinos que se dirigían al Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Este aspecto histórico provoca una conexión más profunda con la iglesia y su papel fundamental en la peregrinación.
María Luisa menciona también una de las particularidades más significativas, la conservación de las reliquias, especialmente el Lignum Crucis, una de las reliquias más veneradas del cristianismo, que se guarda en el Monasterio de Santo Toribio. Este vínculo otorga a la iglesia un carácter aún más espiritual y reverente.
A lo largo de la visita, María Luisa transmite su profunda conexión con el lugar, no solo destacando su belleza arquitectónica, sino también enfatizando la paz que se respira en su interior.
La iglesia, envuelta en el silencio y rodeada por la naturaleza, invita a la meditación y al recogimiento, dejando una huella especial en cada visitante que tiene el privilegio de conocerla.